"Las
cinco cuestiones fundamentales de la prospectiva estratégica
En conclusión, si la futurología
o prospectiva y la estrategia son dos amantes íntimamente relacionados,
permanecen diferenciados y distintos y es bueno y conveniente separarlos:
1) el tiempo de la anticipación, es decir
de la prospectiva de los cambios
posibles y deseables,
2) el tiempo de la preparación de la acción:
es decir, la elaboración y la evaluación de las opciones estratégicas
posibles para prepararse a los cambios esperados (preactividad) y provocar
los cambios deseables (proactividad).
Esta dicotomía entre la exploración y la
preparación de la acción nos lleva a distinguir cuatro cuestiones fundamentales:
¿Qué puede ocurrir? (Q1), ¿Qué puedo hacer? (Q2), ¿Qué voy a hacer? (Q3),
¿Cómo voy a hacerlo? (Q4). Esta cuestión
previa sobre la identidad de la organización,
frecuentemente olvidada, es el punto de partida para la metodología estratégica
de Marc Giget. Se impone una vuelta a las fuentes sobre las raíces de
las competencias, sus fortalezas y debilidades, recordando
la famosa frase ”conócete a tí mismo” de la antigua Grecia.
La prospectiva,
cuando va sola, se centra sobre (Q1) ¿Qué puede ocurrir?. Se convierte
en estratégica cuando una organización se interroga sobre el ¿Qué puedo
yo hacer? (Q2). Una vez ambas cuestiones hayan sido tratadas, la estrategia
parte del ¿Qué puedo yo hacer? (Q2) para plantearse las otras dos cuestiones:
¿Qué voy a hacer yo? (Q3) y ¿Cómo voy a hacerlo? (Q4). De ahí se deduce
la imbricación que 8 existe entre la prospectiva y la estrategia. Naturalmente, existen ejercicios de prospectiva general que no tienen un claro carácter estratégico para un determinado
actor, así como análisis estratégicos de empresas o de sectores cuya componente prospectiva es embrionaria por
no decir inexistente. Para dejarlo más claro, se reservará pues la expresión
de prospectiva estratégica a los
ejercicios de prospectiva que
tengan ambiciones y persigan fines estratégicos para el actor que los
emprende.
Las
cinco actitudes posibles frente al futuro
Debido a los defectos en la anticipación
cometidos ayer, el presente se nos aparece lleno de cuestiones antes insignificantes,
ahora urgentes, que es necesario solucionar rápidamente, sacrificando
el desarrollo a largo plazo, instalando ilusorias soluciones, revolucionando
los factores de inercia y los hábitos instalados, se impone un esfuerzo
creciente de prospectiva (tecnológica, económica y social) a la organización
para dotarse de flexibilidad estratégica, es decir para reaccionar con
flexibilidad manteniendo su rumbo.
Frente al futuro, los hombres tenemos la
elección de adoptar cuatro actitudes: el avestruz pasivo que sufre el
cambio, el bombero reactivo que se ocupa en combatir el fuego, una vez
éste se ha declarado, el asegurador pre-activo que se prepara para los
cambios previsibles pues sabe que la reparación sale más cara que la prevención,
el conspirador pro-activo que trata de provocar los cambios deseados.
Convendría decir aquí que estos conceptos
de preactividad y proactividad, como definición del contenido de la prospectiva deben atribuirse a Hasan
Ozbekhan.
Conclusión práctica para los decisores:
A partir de ahora, cuando establezcan un plan de actuación, abran tres
columnas, una para la reactividad, otra para la preactividad y finalmente,
otra para la proactividad. Ninguna de ellas debería quedar ni demasiado
llena o ni demasiado vacía. Naturalmente, en un contexto de crisis,
la reactividad prevalece sobre el resto y en un contexto de crecimiento,
es preciso anticipar los cambios y provocarlos, fundamentalmente, por
medio de la innovación"1.
"Michel Godet / Caja de herramientas de
la prospectiva estratégica"1